CONSEJOS PARA EDUCAR A LOS HIJOS

   
  En la actualidad con lo establecido según la ley con respecto a la protección de los niños, niñas y adolescentes se ha observado que ha sido consecuente y conocido como la mejor excusa para su rebeldía, y esto ha causado una gran confusión en cuanto al papel del hombre en nuestra sociedad y nuestra cultura, no nos sorprendemos que hayan tantos padres y maestros que se encuentran perdidos, sin saber cómo abordar a los niños, niñas y adolescentes de esta generación. En estos tiempos la cultura y la moda han denigrado los valores, principios y costumbres del hogar. Si has notado que tu hijo se muestra con una actitud retadora, desobediente, poco comprometido con los quehaceres del hogar y su rendimiento escolar ha bajado, hay algo que es nuestro deber saber y aquí te lo explico lo más brevemente posible, síganme los buenos!…

   Estas cosas que voy a escribir parecerán que no es nada nuevo, sin embargo, estoy seguro que esto tendrá valor para ustedes. La esencia de lo quiero decir es que ustedes traten de construir una relación satisfactoria y fortalecedora con sus hijos, como parte de las previsiones para un plan de acción ante las situaciones que se puedan presentar, además que se debe tener en cuenta que una buena moral frente a ellos es fundamental y será un punto clave a la hora de actuar.

   Actualmente pareciera que la ley favorece a los adolescentes rebeldes, por esto es necesario en primer lugar lograr que ellos deseen quedarse dentro de los confines de su familia o del grupo de estudiantes que se proyecta a alcanzar sus metas adaptando un sistema de valores de manera invisible, es decir, sin que ellos se den cuenta. Está claro que en todas partes existe una amenaza en el bienestar de nuestros hijos, muchas veces intentamos ignorar las constantes influencias dañinas que andan dando vueltas alrededor de ellos.

   Cuando yo era niño, las cosas no estaban tan rudas como lo son ahora, pero de igual manera existían malas influencias y caminos que llevarían a cualquiera a la perdición, hace años estando en tercer grado de educación primaria mi compañero de apellido Briceño, se burlaba de mí y me llamaba “tonto” por no participar en los eventos sociales y muy populares a los que él asistía en la localidad, donde la música del DJ era el boom del momento, Briceño para su corta edad descubrió lo que era estar bajo los efectos de inhalar el aroma de la pega amarilla, esa que se usaba para reparar el calzado, cosa que para mí no era correcta desde ningún ángulo y esto se debía a que mi papá fue muy sutil y a la vez directo cuando me habló de este tema y su pregunta fue ¿Cómo serás en un futuro si te dejas influenciar por otros jóvenes a consumir sustancias o drogas? Yo hice un gran silencio de reflexión, que me permitió identificar cuando decir NO, sin importar las burlas. Muchos años después puedo ver la respuesta ante mis ojos, tiempo en el cual ya soy un adulto y he visto a Briceño semi-desnudo, descalzo, hablando al aire, con su cuerpo sucio y pidiendo para comer.

   Mi papá entendía el sistema, y su intención no fue juzgarme o criticarme, sino hacerme ver la simple amenaza que podría avecinarse para que yo no perdiera los estribos. Él tenía un millón de reglas, había normas y prohibiciones para cada situación hipotética o imaginable, con la intención de reconocer cuando era latente una situación de mala influencia, cada regla o norma venia fundamentada o recreada con un montón de posibilidades estudiadas detalladamente para hacer un recordatorio cuando cualquiera de estos escenarios estuvieran en progreso.

   En esta realidad es necesario que nuestros hijos comparen lo que es vivir con todo aquello que es ideal para ellos, reconociendo que todo eso tiene un costo, un sacrificio y un esfuerzo por parte de alguien bien sea de los padres, seres queridos según sea el caso y hasta de ellos mismos como hijos. Y aunque muchas veces digan que no saben cuál es el peligro de cada mala influencia, todo este aprendizaje en su subconsciente hará una advertencia que traspasará desde sus pensamientos hasta su forma de actuar. Lo importante es que la regla o la norma guarden relación con lo que las justifica y no sean vacías o percibidas como caprichos para el que las cumple.

   Para establecer una relación de bienestar con los hijos no se debe gastar grandes cantidades de dinero. No sirve de nada y es contraproducente estar complaciendo caprichos y siendo permisivos o comprando obsequios. La construcción de esta relación debe comenzar desde muy temprano como cuando conocemos a alguien y los primeros 5 minutos de impresión hacen la apertura o cierre de actitud con la otra persona, así, incluyendo diversión, risas, bromas y hacer un millar de cosas más hacen esta relación mas afectiva y duradera

   Esta unión es como un PLAN B, sabiendo que no se puede confiar 100% en que las reglas los protegerán de los depredadores del mundo exterior. Todavía tiene sentido prohibir comportamientos inmorales o dañinos, pero estas prohibiciones deben cumplirse con una cercanía emocional que haga que los hijos deseen hacer lo que es correcto. Deben saber que otras personas los aman incondicionalmente y que todo lo que les exigen es por su propio bien. También sirve de mucha ayuda explicar continuamente por qué se desea que se comporten de ciertas maneras. Recomiendo que para explicar se utilicen preguntas poderosas que los lleven a la reflexión más que darles las respuestas de manera sencilla. Hay que buscar ser el mejor amigo que nunca hayan tenido, ya que es muy probable que establecer normas y reglas sin un vínculo emocional, conduzca al fracaso.

   En cuanto a manejar el fracaso, no debemos sentirnos culpables por las decisiones de los hijos, pues los padres o seres queridos solo tenemos una parte que cumplir en promover y apoyar, por ejemplo si la decisión de ellos es ser un atleta, un músico o un medico debemos suministrar la orientación, motivación, incentivo, participación, recursos u otros a que haya lugar con el objeto de alcanzar esas metas. 

   En caso contrario, si las decisiones de nuestros hijos los llevan a tener una mala vida, es simple porque se presenta como el resultado de las decisiones tomadas por ellos mismos y donde nuestra actuación es protectora pero sin realizar intromisión de sus propias vidas. Por ello, debemos buscar sembrar en sus mentes desde muy pequeños el hecho de comprometerse con ellos mismos y de hacerse responsables de sus vidas, de su futuro. Y que además, hasta que sean independientes, bajo nuestra tutela estarán mejor, protegidos, gozando de mucho bienestar.  

Hay que convencerlos de ello!

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