¿Y AHORA QUE HAGO? EL PODER DE ELEGIR


   Todo aquello que logres o dejes de lograr en tu vida, es el resultado directo de tus pensamientos, si has llegado hasta aquí, sabes en lo más profundo de tu ser que posees una mayor comprensión, donde empiezas a reconocer que no eres un superhombre o una supermujer maravilla para lograr grandes cosas en tu vida. Todas las circunstancias vividas buenas y no tan buenas han incrementado tu conciencia y su potencial, ¿Estas dispuest@ a continuar? Sigue leyendo… 


   Tú eres literalmente lo que quieras ser y tu carácter es la suma completa de todos tus pensamientos, de manera que lo que estás pensando ahora mismo, lo que pensaras mañana o en meses y años, eso será lo que llegará en el futuro. Pregúntate ¿Qué aspiras en la vida? ¡Piensa detenidamente en ello!

  Cada quien por sí mismo aniquila o construye los pensamientos que forman parte de su equilibrio, como por ejemplo: la alegría, la fortaleza, la paz, el éxito, el amor, la felicidad, la satisfacción, la riqueza interior… todo esto a partir de las semillas de pensamiento, semillas que solo usted puede plantar ahora que comprende esto, tal como dije al inicio “todo lo que el hombre logra, y todo lo que deja de lograr, es el resultado o la consecuencia de sus propios pensamientos, sus propias semillas”.

   Millones de personas se quejan de su suerte, hastiadas de la vida… y de la forma en que suceden las cosas, sin comprender que son poseedoras de una grandiosa facultad que les puede permitir cambiar su vida. Una vez que usted ponga en práctica esto, podrá lograr que su vida se acerque más de tal manera como le gustaría que fuese. Durante mucho tiempo estuve intentando comprender esto, porque la verdad es que a veces las cosas no son como uno las planea, en mi caso muy particular decidí formar mi familia desde muy joven, comencé a trabajar duro para adquirir todo lo que sería mi casa y mi hogar, por supuesto que me casé, tuve hijos, la casa, el carro, viajes, pero un día… mi esposa comenzó a presentar unos fuertes dolores en la zona dorsal, su hemoglobina y plaquetas comenzaron a descender, luego de muchas pruebas y mucho días de hospitalización se dio con un diagnostico nada alentador y que en un par de años resultó en su partida al cielo, yo sentí que hacia lo más que podía o lo que estaba a mi alcance con la intención que ella viviera, pero no fue así, luego de esto, de pronto me hallé sólo con mi mente y mi triste corazón, donde el ruido más fuerte que escuchaba era el de mi interrogación… ¿Y ahora qué hago?

   Y ahora te pregunto a ti, ¿Quién querría planear y trabajar duro por una familia, un hogar, luchar por todo esto y luego perder a la persona que ama? Debo suponer que nadie querría pasar por esto, pero si algo es cierto, pues la vida muchas veces es así y debemos tomar decisiones como la que me tocó a mí. A pesar de las circunstancias y de los para nada atractivos pronósticos en mi vida, no decidí echarme al abandono, o como se ve en las películas; sumergirme en el alcohol, consumir drogas o vicios que me llevarían a la perdición, “NO”, ¡no lo hice! Y esto no significa que no amaba a mi esposa, sino que tuve “VOLUNTAD” y decidí comprometerme conmigo mismo para “DAR LO MEJOR DE MI” y aunque pareciera que dar lo mejor fuera suficiente, cada vez más, me levantaba y lo hacía cada vez mejor.

   Lo que quiero decir con esto es que, luego de experimentar este episodio en mi vida, por mí mismo comencé a construir pensamientos que hoy en día forman parte de mi equilibrio, he sembrado semillas para alcanzar mis anhelos, mis sueños, y así disfrutar con mucha satisfacción cada día que vivo a plenitud. La máxima facultad que Dios nos ha otorgado es “LA FACULTAD DE DECIDIR”, y finalmente sucede lo mismo con muchas personas. Pasan por la vida luchando contra la vida. Esperan librar una batalla en cada curva del camino y así sucede. Esperan contar con enemigos y, ciertamente los tienen, esperan tropezar con una dificultad después de otra y esa es precisamente la forma en que suceden las cosas. “Si no es una cosa es otra…siempre hay algo”. 


   Esta facultad de la que les hablo necesita “VOLUNTAD” y ese acuerdo con ustedes mismos, ese compromiso y comenzar a vivir es comprender que, NO SE PUEDE LUCHAR CONTRA LA VIDA. Usted lo ha intentado, muchos lo han intentado y han fracasado. Entonces, ¿Cuál es la respuesta? LA RESPUESTA ES QUE DEBEMOS COMPRENDER LA VIDA…SI QUEREMOS SACARLE EL MEJOR PARTIDO.

   
   Lo más sorprendente es que todos y cada uno de nosotros podemos hacer uso de esta facultad sin ningún entrenamiento o educación especial. Esta facultad se le concede a todo ser humano en el momento de nacer, sin importar si es rico o pobre, si ha alcanzado o no el éxito, si nació o no en el barrio más pobre de la ciudad. Mientras más pronto aprendamos a conocer esta facultad que por naturaleza tenemos, más pronto llegaremos al camino principal, sin apartarnos de él, mayor será la esperanza que surja en el corazón, con ánimo de seguir este patrón de vida.

   Todos los días tomamos decisiones, ¿Lo sabias?, millones de personas son incapaces de comprender que si van a una panadería pueden elegir si compran dulce o una torta de chocolate; que cuando visitan una tienda de ropa pueden elegir entre una prenda de color negro o de color verde; que cuando encienden la TV pueden elegir entre una programación o una película; que cuando abren la nevera pueden elegir si comerse el helado o solamente beber agua. SI, es verdad, usted elige, porque ES USTED EL QUE OPTÓ POR ESA ELECCIÓN. En otras palabras, la máxima facultad que posee una persona es LA FACULTAD DE ELEGIR.

   En este instante no sé cuáles sean tus creencias acerca de Dios, pero es verdad que Dios concede a todos y cada uno de los seres humanos, hombres y mujeres, EL DERECHO DE AYUDARSE A SÍ MISMOS…O EN OTRAS PALABRAS, EL DERECHO DE ELEGIR. En este instante no había nada ajeno a usted que lo obligara a hacer la elección que hizo. Lo hizo porque esa fue su elección, e hizo esa elección porque ASÍ LO QUISO. Si la elección fue desafortunada, entonces, por supuesto que tratará de culpar a algo o a alguien. 

   Y así, luego de todo solo andas pensando ¿De quién fue la culpa? Pero, por ejemplo; si eliges conducir tu vehículo a exceso de velocidad hasta perder el control ¿De quién fue la culpa?, Si eliges ser una persona desagradable y detestable ¿De quién fue la culpa?, si hemos fallado al ser incapaces de aprender a vivir ¿De quién fue la culpa?, ¿De Dios? ¡Ah no! DIOS NOS AMA; no lastima a nadie. Somos nosotros mismos los que nos lastimamos con el mal uso de esa GRAN FACULTAD que Dios nos concedió… LA FACULTAD DE ELEGIR.

   No te dañes a ti mismo, y no dañes a quienes te rodean, eres una persona valiosa, útil e importante, a pesar de que las circunstancias actuales te hagan sentir lo contrario. Por eso te obsequio lo que fue mi primer acuerdo entre los muchos que tengo… ¡DA LO MEJOR DE TI!

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